Infraestructura Aeroportuaria

La situación de la infraestructura aeroportuaria a nivel mundial El tráfico aéreo mundial de pasajeros durante el año 2018 creció un 6,5%, en términos de pasajeros-kilómetro transportados, mientras que la oferta de asientos-kilómetros disponibles lo hizo a una tasa cercana al 6,1%. La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) estima que para el año 2040, el número de pasajeros aéreos a nivel mundial llegaría a 10.000 millones, lo que representaría aproximadamente 90 millones de operaciones aéreas. La proliferación de las líneas aéreas de bajo costo es otro elemento que ha impulsado el crecimiento de la demanda, ofreciendo vuelos a precios competitivos incluso frente a los modos de transporte terrestres, incrementando con ello el universo de la población con acceso a los servicios aéreos. De hecho, a nivel mundial este tipo de aerolíneas concentró el 30% del total de pasajeros que viajaron en vuelos regulares el año 2017, siendo el sector más dinámico en crecimiento en cantidad de pasajeros a nivel mundial. Aunado a este crecimiento en la demanda, los principales fabricantes de aeronaves prevén que el crecimiento del tráfico aéreo pueda provocar también un incremento de los programas de sustitución de flota hacia equipos cada vez más sofisticados y de mayores prestaciones y tamaños para las grandes rutas, así como equipos con un menor costo de kilómetro por asiento (CASK por sus siglas en inglés) para las llamadas “rutas delgadas” que conecten mercados más pequeños directamente entre sí. Estos cambios en las estructuras de las flotas favorecerían un aumento de las opciones de vuelo, una reducción de costos y externalidades negativas, así como una mayor conectividad aérea. Sin embargo, también este cambio tecnológico representará un enorme desafío para la gestión de la infraestructura, pues por una parte se requerirá infraestructura aérea capaz de atender tanto las aeronaves de mayores proporciones en el menor tiempo posible (de manera de rentabilizar la inversión) pero también las de menores tamaños, incluyendo las aerolíneas de bajo costo, con lo cual se requerirá de infraestructuras flexibles, capaces de atender de forma segura y expedita una segmento más amplio de aeronaves. En este contexto, la necesidad de invertir en nuevos aeropuertos es cada vez más imperiosa, pues la competencia ya no se realiza únicamente entre aerolíneas sino también entre aeropuertos que comparten zonas de influencia y que pueden beneficiarse de la congestión o de la baja calidad de servicio de sus competidores. Incluso es posible, que opciones modales capturen parte del mercado, como ha ocurrido en Europa con la masificación de la red de trenes de alta velocidad, que han desplazado los vuelos aéreos en aquellas rutas con tiempo de viaje inferior a las dos horas de trayecto. Una adecuada planificación de la inversión, así como su coordinación con otras iniciativas público- privadas, pueden actuar como un facilitador de desarrollo que favorezcan el surgimiento de hubs1 aeroportuarios o ciudades aeroportuarias. De acuerdo a un estudio de Centre for Aviation, se estima que la inversión mundial en infraestructura aeroportuaria es de 845 mil millones de dólares, considerando las obras de mejoramiento, ampliación de pistas y edificios de terminales en aeropuertos existentes y otros 255 mil millones de dólares adicionales en nuevos aeropuertos.